ABRIL

Monday, June 26, 2006

NOSOTROS, LOS SEPARADOS

Qué fácil es decir "tienes poca autoestima". Ahora todos saben de autoestima o ¿será que saben de egoísmo?
Este comentario dicho por cualquiera por supuesto "con buenas intenciones" suena a reproche, te hunde si puede ser más por no tener lo que otros fácilmente tienen cuando encima estás intentando salir a flote, deseando ser más inteligente que sentimental, y te sientes torpe.
Torpe porque parece que los demás tienen respuesta para todo, porque no se han equivocado en sus elecciones, porque no han fracasado en su vida familiar y sentimental, o al menos eso quieren aparentar.
Problemas, discusiones ¿quién no las tiene? Hoy en día hay muchos casos de parejas que se mantienen por apariencia o por estatus, en otro caso más les valía pensar que tienen mucha suerte. Cada vez hay más personas interesadas que son capaces de vivir una falsa y dicen alegremente "cada uno hace su vida". O se buscan una segunda pareja o algún ligue ocasional para resistir la falta de motivación de su vida sentimental, prácticamente desaparecida tras muchos años de matrimonio.
Por eso, que esas personas te digan "tienes poca autoestima" te suena casi a insulto.
Yo cada vez estoy más convencida de que a un separado sólo le entiende otra persona que haya pasado por lo mismo.
Porque sean cuales sean los motivos de la separación, tanto si tú dejas como si te dejan, lo vives como un proyecto al que pusiste ilusión y fracasó. Y empiezas a recorrer el largo camino de momentos, días, años que recordar, como si de una película que retrocede en el tiempo se tratara, y visualizas escenas y te preguntas ¿qué pasó aquí?, ¿por qué actué así?, ¿por qué no me di cuenta antes? Y te culpas porque podías haber evitado mucho, porque reconocer los fallos es difícil... y en el mejor de los casos porque sientes no haber dejado antes una vida que no te hacía feliz.
Y hablando de vidas, empiezas una totalmente distinta, muchas veces en otro domicilio, con tus hijos que ya no son por entero tuyos, porque ahora, se da tristemente con frecuencia, el padre/madre los manipula y utiliza. Con el miedo y la pena de no poderles evitar sufrimiento, porque los niños siempre sufren la separación de sus padres. Y más si tienen padres frustrados, torpes, poco inteligentes, que o se exceden y los cargan sentimentalmente, o los abandonan, manipulan y utilizan para vengarse de su ex-pareja. A todo esto se une la pérdida de amigos, los comunes y los cobardes que parece que ven en el separado/a algo contagioso, posible rival del mismo sexo o tentación para el contrario. Tu vida social se rompe. Tu economía se vuelve raquítica. Hay estadísticas que demuestran que los nuevos pobres son familias monoparentales y padres que han tenido que abandonar el hogar familiar sin medios.
Te pierdes, ya no sabes quién eres, por qué estás ahí. Yo miro mi vida y parece que no ha sido toda mía, o que no he sido siempre yo, sino una actriz que hacía de mí en esas vidas distintas.
Esta nueva vida no la eliges, sino que te la has encontrado, y tiras de ella porque es la que tienes. De mejor o peor manera, es como una enfermedad que por suerte se puede curar con esfuerzo y voluntad, pero que al principio te parece tormentosa y que nunca te vas a hacer con la nueva situación.
Además los días son una sucesión de problemas en la mayoría de los casos. Lo que el padre/madre le ha dicho a los niños, si los recoge o no, si te llama y te dice tal o cual cosa del convenio que no cumple, si te organizas con mucho menos, si tienes que contar con ayuda y no la encuentras. Eso si no tienes peleas y pleitos eternos, fuente inagotable de disjustos, malestar y desesperación. Aunque a todo te acostumbras, cuestión de supervivencia.
Y todavía no he contado que interiormente llevas el dolor de que la persona que ha sido íntima parte de ti durante muchos años ahora se dedique a hacerte daño, directa o indirectamente, a través de conocidos, familiares o nuestros propios hijos, que como ya he dicho ya no son nuestros sino míos y suyos. Y airean años de intimidad con cualquiera que morbosamente quiera escuchar.
Y si encima te han dejado, no te han dado más oportunidades te sientes abandonado, traicionado y frustrado.
Ahora tú que nunca has tenido que separarte ¿me vas a hablar de autoestima? ¿Y tú qué sabes? ¿Sabes que tienes que soportar ser el cotilleo del barrio, trabajo, familia...? ¿Que gente que apenas conoces te saludan sólo para preguntar y obtener información de primera mano, haciéndote el "favor" de contarte lo último que se rumorea sobre tí? ¿Que otra que sí te conoce ahora evita saludarte? ¿Que muchas veces no encuentras apoyo en la familia? ¿Que no te comprenden ni lo intentan? ¿Que te tachan de frívola?
La estima la pierdes, la recuperas, sube y baja como si de fiebre se tratara. Una nueva aventura supone desterrar miedos, y una nueva separación supone... volver a empezar, con menos autoestima y con más valor, porque la vida sigue... otra vida. Son momentos muy difíciles, eres frágil y vulnerable, pero al mismo tiempo valiente y descubres que vales más que los que te critican o miran con benevolencia... pobrecita...
(Con humor: ...si no tiene arreglo...si es que no escarmienta...si hay que tener ganas...si es que sólo le gustan los tíos (esta la versión sexista de las mujeres)... Besos para todos/as los que nos reconocemos y somos buena gente)

Thursday, June 08, 2006

MERCADO DE OCASIÓN



Ahora que nuevamente vuelvo a estar sola, mi amigo-padrecito, separado por cierto, me está aleccionando sobre cómo tengo que moverme por este mundo de separados y divorciados, porque cree que soy una pobre incauta y seguramente tiene razón. Es cierto que los sentimientos suelen estar "tocados" en cuanto a todo lo que es relación hombre-mujer. Como dice sabemos que queremos algo pero ni siquiera sabemos qué...
Ya he tenido varias parejas y he ido acumulando experiencia de pareja, no de "single" como dicen ahora. Y en ese camino me he creído que la sinceridad es la mejor manera de comunicarme en general y sobre todo en una relación con un hombre en particular. ¿Por qué le tengo que decir que no me apetece salir sólo para hacerme la ocupada, la interesante? ¿Por qué no le puedo decir que me gusta o que le quiero sólo porque él no me lo diga?
Yo hasta ahora he estado en la inopia totalmente. Y como soy tan confiada, llegado el caso de enamorarme pues me he tirado a la piscina y me he ahogado (no me ha servido de nada saber nadar, mucho tríceps y poco cerebro).
Mi amigo que me escucha, me dice que soy encantadora pero muy inocente y sensible, me dice que los hombres mienten mucho. Que las mujeres queremos sobre todo que seamos lo más importante de sus vidas, que nos quieran con locura... y ellos nos lo hacen creer, puede que por comodidad, por evitar situaciones comprometidas y sobre todo para que sigamos embelesadas mientras ellos recogen la cosecha de lo que no se han molestado en plantar.
Así preguntas ¿estás enamorado?, ¿me quieres? y te contestan con un neutro "ya lo sabes". Y si no están demasiado atentos nos dicen "pues pienso en tí más de lo que crees". Y parece que la única finalidad es estar "agustito" y tener vida sexual.... ¡qué tontería, pues podían empezar por ahí, a nosotras también nos gusta!
Porque el tema de "no me hallo" da mucha pena y lo comprendes porque alguna vez has estado así, e incluso todavía lo estás, pero lo que quieren finalmente es sexo -(traducción para Meli, follar). Bueno, pues yo también, pero no tengo que ir dando pena, ni diciendo mentiras.
El juego del flirteo se ha convertido en los separados casi en patético.
Otro amigo me decía "sólo sé que necesito cariño, un abrazo... un beso...", se entiende, nos sentimos con la autoestima por los suelos tras una separación, necesitamos que nos quieran, pobrecito... pero en el caso de él por supuesto en su casa y en su cama.
Mi amigo-padrecito me dice que al hombre no le gusta la mujer que le llama y le busca, porque teme que le exija mucho, que prefieren a la fría que ellos conquisten... y dejen cuando les interese, cuando echen el ojo a otra presa. Y mientras tanto te cuentan lo solos que están, lo desvalidos, lo mal que se apañan... lo que les gustaría encontrar al fin a la mujer de su vida... Y aman poco porque seguramente no saben lo que quieren, si quedarse solos y seguir en el mercado del busco-encuentro o si tener una relación que siempre está recordándoles la otra, porque yo no sé por qué recuerdan tanto a la mujer que dejaron o les dejó.
Esto me lleva a comentar que un hombre bastante bien parecido, separado, decía que seguía viendo a su ex y echándole un "kiki" de vez en cuando. Le dije que eso no era mirar para delante y decía que sí, que de esta manera él podía hacer lo que quisiera, y así ella no tenía que echar de menos un hombre. Este regaba la parcela... la de fuera y la de dentro... es increíble. Habría que hablar con ella, igual es lista y le tiene engañado, y recuerda viejos tiempos mientras vive los nuevos. Es lo que se merece un hombre así, de los que dicen ella será siempre mía... cuernos y que lo utilicen, lo que ellos han estado haciendo siempre con nosotras.
Un último descubrimiento ha sido un chico "joven" que me da todos sus teléfonos de contacto y cuando le llamo y hablo directamente de quedar, empieza a dudar y me dice... -"me gusta una cosa de tí, eres muy valiente". Yo me río y digo -¿por qué? ¿porque soy como la del anuncio "la que no espera a que él la llame"? - Y yo me digo, ¿dónde está la igualdad?, ¿por qué una mujer es valiente por llamar a un hombre?, ¿por qué no somos simplemente personas?... ¡por favor, que alguien me lo "ezplique"!
(Espero que os haya gustado el artículo, se me ha quemado la comida de mañana, porca vita!)

Thursday, June 01, 2006


Quiero compartir contigo un sueño.
Es una casa con balcones en un pequeño acantilado cerca del mar, de una playa donde amenece y las olas llegan suaves y al retroceder dejan un murmullo de espuma.
Una casa inundada de luz que se cuela blanca a través de los visillos que bailan mecidos por la brisa, donde se escuchan gaviotas y huele a sal. Y en la noche silenciosa se escucha la inacabable melodía de las olas.
Tiene un balcón en el dormitorio. Mirando por el balcón, incluso desde la cama, se ve el reflejo tranquilo de la luna en el mar, y el rayo reflejado en la inquietud de la tormenta. Y luego amenece, poco a poco, primero sólo una claridad, el cielo vistiéndose de colores, eligiendo al fin un azul intenso... es tan bello...
Quiero compartir contigo este sueño, compañero perfecto, que todo lo dice sólo con una mirada, intensa como el sol, profunda como el mar.
¿Para qué hablar? Sobran las palabras. Aprietas mi mano y sé que somos felices y dichosos. Y con el mar, el sol, las olas y las estrellas siempre de testigos unimos nuestros cuerpos, respiro el aliento de tu boca en un único beso que no acaba, te siento dentro de mí y me aprietas fuerte porque tú quieres ser yo... y yo quiero ser tú... tanto es nuestro deseo de ser uno sólo.
Me duermo con la cabeza apoyada en tu pecho, respirándote, tranquila, confiada en que todo permanece perfecto... te siento igual que la brisa y el mar.